Autor: Rogelio García Alonso
Lugar: Cristo del Otero (Palencia).
Datos de interés:El Cristo del Otero es una gigantesca escultura de piedra, símbolo indiscutible de la ciudad de Palencia y se encuentra en uno de los cerros de la capital. Otro nombre que recibe, mucho más desconocido, es "Monumento de Palencia al Sagrado Corazón de Jesús".
El Cristo (llamado así por los palentinos para abreviar) parece estar en posición de bendecir a la ciudad y fue construido en el año 1931 según el proyecto del escultor palentino Victorio Macho apreciándose desde varios kilómetros a la redonda. Es de estilo post-cubista y posee una postura hierática que recuerda al arte del Antiguo Egipto.
Es la estatua de Jesucristo más alta de Europa y una de las más altas del mundo. A sus pies hay excavada una ermita (llamada ermita de Santa María del Otero) y un pequeño museo donde se encuentran los proyectos de su autor que es responsable de grandes obras como el monumento a Benito Pérez Galdós y a Ramón y Cajal, ambos en el Parque de El Retiro, en Madrid o la fuente en honor a Concha Espina en Santander. No obstante su obra más significativa es este cristo en Palencia y reflejo de ello es que por voluntad propia fuese enterrado a los pies del mismo.
Cristo del Otero. Esta vista nos permite contemplar un cristo más proporcionado
En la entrada a la ermita hay una pequeña explanada y un mirador donde se puede tener una panorámica muy interesante de la ciudad si bien antiguamente se podía ascender hasta la cabeza, concretamente hasta los ojos desde donde se podía tener otra visión, más espectacular.[cita requerida] En el proyecto inicial se querían incrustar en los ojos del Cristo unos bloques de marfil y mármol, pero el presupuesto no dio para tanto por lo que las cuencas vacías que hoy presenta pasaron a ser ventanas.
Su gran esbeltez y verticalidad puede que sea debida a que está concebido para ser visto desde abajo. También se puede interpretar como que esta gran obra se conformaría como una columna vertical en contraste con la horizontalidad de los campos de Castilla, cubiertos de cereal y salpicados de chopos y robles.
El Cristo del Otero es un monumento singular a pesar de ser muy desconocido, hasta por la mayoría de los españoles.